(1/3) "La rebelion de las Can~adas" (extracto) Proceso No. 976, 17 de julio de 1995, pagina 6. "Los insurgentes eran ya muy fuertes, demasiado para ser detenidos por la Iglesia..." De como el EZLN se organizo, se armo y decidio iniciar en Chiapas la guerra de liberacion Del libro _La rebelion de las Can~adas_, del investigador Carlos Tello Diaz, proximo a publicarse, transcribimos partes sustanciales del capitulo relativo a las circunstancias en que, de acuerdo al autor, los dirigentes de las Fuerzas de Liberacion Nacional (FLN) decidieron culminar decadas de organizacion en la selva chiapaneca con el levantamiento armado que hizo entrar al EZLN a la historia del pais el 1o de enero de 1994. Acompan~amos el fragmento con la "Advertencia" que el propio autor incluye al principio de su obra. ADVERTENCIA Este libro fue concebido con el animo de comprender, no de juzgar. Narra la historia de las comunidades que protagonizaron, a partir de 1994, la rebelion de Chiapas. La historia comienza a finales de la decada de los cincuenta, con el exodo de los indigenas hacia las can~adas de la Selva. Abarca mas de 7 lustros, para culminar, al fin, con el estallido de la rebelion. El trabajo esta basado mas que nada, en testimonio y documentos. Es resultado del interes con el que lo vieron muchos de los que participaron -como actores o como testigos- en el levantamiento de EZLN. Todos los nombres que aparecen en el texto son reales, con una excepcion: los de los zapatistas del ejido La Sultana. Algunos de los nombres mencionados en las notas de las entrevistas, a su vez, han tenido que ser modificados. La correccion del texto, para fortuna del libro, estuvo a cargo de Antonio Bolivar. El trabajo, en general, fue realizado con ayuda de la revista _Nexos_ y, por supuesto, con el apoyo del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Carlos Tello Diaz A partir de la decada de los noventa, el EZLN tuvo que replantear sus relaciones con la diocesis de San Cristobal. Los insurgentes eran ya muy fuertes, demasiados para ser detenidos por la Iglesia. Muchos de sus compan~eros, sin embargo, los abandonaban por sus desacuerdos con los sacerdotes. Esos desacuerdos, al pasar el tiempo, enfrentaron a _Marcos_ con don Samuel. El obispo lamentaba, en privado, el apoyo brindado por los curas a las FLN (Fuerzas de Liberacion Nacional). "Esas gentes", decia con desazon, "se vinieron a montar en un caballo ensillado" (1). Era terrible. Ahora llevaban a los indios al borde de la tragedia. El subcomandante, por su lado, contragolpeaba sin contemplaciones. Sus palabras retumbaban en el aire. "Aqui no va a haber ARIC (Asociacion Rural de Interes Colectivo), no va a haber Palabra de Dios, no va a haber gobierno de la Republica. Aqui va a haber Ejercito Zapatista de Liberacion Nacional" (2). En medio de la disputa, Jorge Santiago (_Jacobo_) mediaba para lograr la reconciliacion en Chiapas. Jorge ya no era compan~ero de _Elisa_, quien entonces vivia fuera de la Selva con _Vicente_, pero mantenia relaciones muy estrechas con la dirigencia del EZLN, en particular con el comandante _Rodrigo_. Sus esfuerzos, a pesar de todo, resultaron inutiles. La reconciliacion entre la Iglesia y el EZLN hubo de venir despues, an~os despues, al estallar por fin la rebelion de las Can~adas. Los indigenas, mientras tanto, estaban en verdad desconcertados. "Ustedes nos metieron en la organizacion y ahora se salen", decian a los padres. "Pues que sentido tiene" (3). A pesar de las desavenencias, cabe recalcar, un grupo muy importante de sacerdotes cooperaba todavia con los rebeldes. Asi lo suponian tambien los mandos de la 31a Zona Militar. En enero de 1991, al descubir un campo de guerrillas en el ejido Quintana Roo, entre todos los hallazgos -rifles de madera, uniformes, claves de radio- encontraron datos que comprometian a Felipe de Jesus Toussaint, parroco de Sabanilla. Mas tarde, al recorrer los cerros vecinos a La Realidad -El Mico y El Quemado- supieron que los guerrilleros eran apoyados con armas por Heriberto Cruz, parroco de Las Magaritas (...) * * * * * El an~o de 1991, tan lleno de sucesos, habria de finalizar con un acontecimiento inesperado para las comunidades de la Selva. Santiago Lorenzo, acusado de corrupcion, fue removido de la presidencia del ARIC. En su lugar, las comunidades eligieron a Lazaro Hernandez. Eran muy graves los cargos contra Santiago. Sus compan~eros lo acusaban de robar un credito para ganado de 619 millones de pesos. Una suma grande. Con el, desde luego, culpaban al tesorero, Ignacio Silvano, asi como tambien al encargado de la comision de ganado, Manuel Rodas. "El dinero se quedo en las manos de unas cuantas personas", recordaria Lazaro, "y cuando se les pidio que entregaran cuentas, hicieron un desmadre con el contador y se fueron" (4). Los compan~eros entonces, convocaron a una reunion para nombrar autoridades en sustitucion de las que fueron expulsadas. La reunion tuvo lugar el 8 de diciembre, en el ejido de San Juan, uno de los mas zapatistas de la can~ada de Patihuitz. Los ariqueros que todavia militaban en el EZLN propusieron por unanimidad a _Jesus_, es decir, a don Lazaro. _Marcos_ dio linea de votar a su favor. Aquellos que no militaban en el EZLN, en cambio, postularon a Javier Toledo, un tzeltal del rancho Guayaquil, en la region del Avellanal. La votacion fue muy cerrada. Al final de la contienda, Lazaro Hernandez, el ganador, recibio de las comunidades el simbolo de la transmision de poder en la organizacion: una pistolita de madera que databa de los tiempos de Quiptic. Su triunfo represento, sin lugar a dudas, un espaldarazo para la guerrilla. _Jesus_ era, entre los indigenas, una de las personalidades mas destacadas del movimiento. Fungia como primer responsable de la region. Tenia fama de ser un hombre tenaz, habil, conciliador. Su prestigio, por lo demas, no parecia mermado por el alejamiento entre el EZLN y la Iglesia. Era buena, todavia, su relacion con _Marcos_. Era buena, tambien, su relacion con _Caminante_, como llamaban los zapatistas a don Samuel Ruiz (...) * * * * * El an~o de 1992 inicio con una serie de cambios que revolucionarian al mundo. En el centro de todos esos cambios, a modo de simbolo, estaba la desaparicion de la Union Sovietica. Con ella se derrumbo tambien, para muchos, el ideal del socialismo. Los ecos de su derrumbe llegaron hasta la Selva Lacandona. "No hay para que luchar", ironizaba por aquellas fechas el subcomandante _Marcos_). "El socialismo ha muerto. Viva el conformismo y la reforma y la modernidad y el capitalismo" (5). La ruptura de _Marcos_ con el grupo Slop, agudizada por esos acontecimientos, significo que muchos de sus cuadros -los mas cercanos a Slop- abandonaran las filas de la guerrilla, entre ellos algunos de sus oficiales, como _Gabino_, _Cecilia_ y _Jose Carlos_. Sus bases de apoyo, entre los campesinos, estaban asimismo muy menguadas. "Pueblos enteros se nos salian", recuerdan los zapatistas. "No, hombre, se nos armo un desmadre" (6). El EZLN, en efecto sufrio por esos dias una crisis muy profunda. Fuera de Chiapas, para colmo, los trabajadores que tenian vinculos con las FLN comenzaron a dejar el movimiento, encabezados por _Panchon_, uno de los dirigentes del Frente Obrero. No nada mas la meta, el socialismo, sino tambien su camino, el de las armas, parecia sin porvenir. Asi lo comprendieron los miembros del movimiento revolucionario mas importante de centroamerica, el FMLN. El 16 de enero de 1992, en la capital de Mexico, los dirigentes del FMLN firmaron los acuerdos de Chapultepec con el gobierno del presidente Alfredo Cristiani. Las hostilidades en El Salvador, prolongadas a lo largo de los ochenta, dejaron alrededor de setenta y cinco mil muertos. Perdidas superiores a los 2,000 millones de dolares en el pais mas pequen~o del continente, el "Pulgarcito de America", como lo llamaba de carin~o Gabriela Mistral (7). Esas hostilidades, emprendidas a nombre de la libertad y la justicia, no pudieron suprimir el cumulo de tragedias, politicas y sociales, que pesaba sobre la nacion. En Mexico, las FLN condenaron el acuerdo que puso fin a la guerra de guerrillas en El Salvador. "No vale uno solo de los miles y miles de insurgentes caidos en combate", afirmaron en una publicacion (8). Para ellos, por supuesto, la lucha con las armas apenas comenzaba (...) * * * * * En la can~ada de Patihuitz, uno de los ejidos que mas sufrieron la crisis de la ganaderia, fue La Sultana. Muchos de sus habitantes no pudieron saldar las deudas contraidas meses antes con Banrural. Otros mas, para saldarlas, tuvieron que vender lo poco que poseian. Contaban por esos dias con mas de cuatrocientas cabezas de ganado, en su mayoria compradas a Tito Albores, el duen~o de El Porvenir. Tito mantenia relaciones muy cordiales con los ejidatarios de La Sultana, algunos de los cuales conocia desde que trabajaban con su padre, don Javier. Les vendia pies de cria -cebus, por lo general- para mejorar la calidad de su ganado. Todos poseian al menos una res en La Sultana. Francisco Gomez, por ejemplo, tenia 8 hectareas de potrero, en un costado de la carretera que daba con San Quintin. Lo cuidaban unos campesinos que vivian al lado de su casa, pues el viajaba con frecuencia, fuera del ejido. A todos les pagaba con trago, normalmente con aguardiente de can~a llamado Jaguar. Eran ellos quienes chaporreaban. Lorenzo, su hijo, estaba todavia muy chico. Los Gomez, ademas de sus 8 hectareas de potrero, tenian 3 hectareas de milpa -para sus puercos, para sus pollos- y tambien una hectarea de cafetal, que les daba, an~o con an~o, alrededor de 4 quintales de cafe pergamino de tipo Borbon. Sembraban, asimismo, unas areas de can~a de azucar, para tener barras de piloncillo, y cultivaban, desde luego, palma xiate, como todos los ejidatarios de La Sultana. La vendian a 2 mil pesos la gruesa, nada mal, pues recolectaban hasta 20 gruesas en un dia. El patrimonio de los Gomez era similar al de los demas campesinos de las Can~adas. Era muy superior al de los indios que vivian de la mendicidad en los alrededores de San Cistobal. En la Selva, la marginacion era mayor, pero la pobreza, en general, menos que la de los Altos. Pedro Ramirez era tal vez el ejidatario mas prospero de La Sultana. Tambien, sin duda, uno de los mas respetados. Era bajo, moreno, sin canas. "Lo que decia el todos lo obedecian la gente", confirman sus paisanos (9). Hacia mas de treinta an~os que vivia, al igual que los otros fundadores del ejido, en la dotacion original de La Sultana. Con Celestina Ruiz, su mujer, tenia diez hijos, seis de los cuales -los hombres- eran milicianos del EZLN. Don Pedro fue uno de los que mas promovieron la venta de reses para comprar armas en el poblado. Todas las suyas -unas treinta y cinco- fueron vendidas por sus hijos en los an~os que precedieron a la rebelion. Muchos siguieron el ejemplo, otros no. Eran notables, en el ejido, las diferencias entre los zapatistas y los no zapatistas. Esas diferencias estaban reflejadas en la conformacion de sus autoridades, elegidas por ellos en aquel an~o de 1992. Domingo Garcia, el presidente, no era zapatista, pero su tesorero, Baltasar Lopez, si lo era, como tambien, sin duda, Alberto Santis, presidente del Consejo de Vigilancia. En todo caso, por encima de las autoridades tronaba la voz de Pedro Ramirez. Con su venia, en aquellos dias, el tesorero vendio las reses que pertenecian al ejido. El dinero de la venta jamas aparecio. Los ejidatarios que no militaban en el EZLN, asustados, mandaron sus quejas al gobierno en Ocosingo: al INI (Instituto Nacional Indigenista), al INEA (Instituto Nacional para la Educacion de Adultos), a la presidencia municipal. Nadie les hizo caso. Un becerro de 400 kilos, como los que vendian, costaba mas o menos un millon de pesos en aquel entonces. Los precios, vale recordar, estaban a la baja desde la apertura de las fornteras. Con un millon de pesos, sin embargo, era posible comprar, a precios de mayoreo, armas de fuego muy poderosas. Un fusil AK-47, sovietico, costaba 900 mil en el mercado negro de Centroamerica. Una carabina M-1, norteamericana, costaba menos de 400 mil. Al final, todos los animales del ejido -becerros, puercos, guajolotes- fueron puestos a la venta por los zapatistas. El producto lo invertian en armas para la guerrilla, igual a como lo habian invertido, an~os atras, en fondos para la union de credito. Ahora, como antes, pensaban tambien en su propio beneficio. Asi lo manifestaron a los demas. "Decian que no quieren producir nada porque van a ganar todo mas despues" (10). Las aportaciones que daban al movimiento los campesinos de las Can~adas eran una fraccion nada mas de todos los gastos que pesaban sobre las finanzas de las FLN. Habia que pagar viajes, honorarios, dadivas y sobornos; mantener imprentas, armerias, talleres y casas de seguridad; comprar armas, uniformes, viveres, medicinas, radios, municiones y vehiculos de carga. El movimiento, desde sus origenes financiaba sus actividades, por lo general, con medios legales, no ilegales. Por ello, en parte, sus lideres lograron mantener la clandestinidad. Entre sus fuentes de financiamiento destacaban las contribuciones que los militantes aportaban a las arcas de la organizacion. Esas contribuciones -en especie, dinero o trabajo- significaban alrededor del 10 por ciento de los ingresos que percibian. Con relacion al EZLN, en concreto, los insurgentes recibieron, ademas, apoyos muy diversos en Chiapas. Recibieron apoyo del Movimiento Proletario Independiente, algunos de cuyos lideres -exmilitantes de las FLN- conservaban amistad con el subcomandante _Marcos_. Recibieron tambien apoyo de muchas de las organizaciones no gubernamentales que, como DESMI, tenian relaciones de trabajo con la diocesis de San Cristobal. DESMI, en efecto, financiaba proyectos en poblados de la region donde sabia que las autoridades eran zapatistas. Esos poblados, a su vez, canalizaban los recursos que llegaban del Estado -creditos de Banrural, fondos de Solidaridad- hacia la tesoreria del EZLN. Asi pues, para sobrevivir, los insurgentes, en lo fundamental, no se vieron obligados a recurrir a procedimientos ilegales -como por ejemplo, el trafico de drogas. Sus estatutos eran inqequivocos al respecto. Hubo grupos que sembraron mariguana cerca del ejido de Nuevo Progreso, grupos que tenian vinculos con guerrilleros de Guatemala. Hubo tambien individuos que pasaron cargamentos de cocaina por la cordillera de San Felipe, en la Reserva de la Biosfera. El EZLN no mantuvo relacion con ellos, aunque tuvo sin duda contacto, pues todos operaban en la Selva. Los zapatistas, tal vez, les cobraban nadamas una especie de peaje, como dicen que hacia Lucio Caban~as en la sierra de Guerrero (...) (Continua...) 1 Fuente: Rene Gomez, agosto de 1994, Tuxtla Gutierrez. 2 Fuente: Abelardo Perez, agosto de 1994, Guadalupe Tepeyac. 3 Citado por _Proceso_, 13 de septiembre de 1993. 4 Citado por _La Jornada_, 20 de febrero de 1994 5 EZLN, _Chiapas: el sureste en dos vientos, una tormenta y una profecia_, Selva Lacandona, 1992. 6 Entrevista con Cesar Hernandez, abril de 1994, La Garrucha. 7 Citado por Carlos Tellez Diaz, "La conclusion de los tratados de paz en El Salvador", _Cuadernos de Trazos_, diciembre de 1992. 8 _Nuevo Horizonte_, septiembre de 1992. 9 Entrevista con Jesus Morales, abril de 1994, Ocosingo. 10 Entrevista a Jesus Morales, abril de 1994, Ocosingo.